CAPACITACION EN MICROPIGMENTACION

Importancia de la correcta capacitación en Micropigmentación

 
Héctor Guisa de Alba C.P.C.P.
Certified Permanent Cosmetic Professional
 
 
Si caminamos por alguna avenida de cualquier ciudad de este país, palpamos la variabilidad en la calidad de los trabajos de dermografía en los rostros femeninos.
Evidentemente alguien tuvo que haber realizado los buenos y los malos delineados. En este último caso un ojo experimentado invariablemente se pregunta -¿Quien les enseñaría?-
Hoy día, la capacitación en micropigmentación la palpamos como un vacío caótico que se va llenando con personal que cuenta con regular conocimiento y experiencia. Cuando alguien se decide a enseñar a delinear simplemente por hacer negocio, en poco tiempo estará al frente de grupos de estudiantes que irán directo a una práctica pública con el sistema de prueba y error.
Los resultados serán catastróficos.
Es delicado y preocupante el que no exista una normatividad u organismo que califique a las personas que estén en camino de ser considerados profesores de micropigmentación.
Mucho más lejano está el contar con un organismo público dependiente de la secretaría de salud, o de educación  que pueda certificar profesionalmente el desempeño tanto del técnico, como de sus instructores
Haciendo un balance retrospectivo en el campo de la enseñanza de micropigmentación en México, apreciamos una interesante evolución que parte desde la época de la dependencia total y absoluta del conocimiento internacional. Todo conocedor provenía de los Estados Unidos, de Europa, y en menor grado, de China. Los maestros extranjeros aportaban su conocimiento con las limitantes idiomáticas. Las prácticas se aplicaban mediante el uso de aparatología y equipo de las marcas comerciales que representaban y que aquí siempre comercializaban exitosamente.
Personas delineadas por aquellos tiempos, ostentan colores extraños, migraciones de pigmento y cicatrización debido a lo incipiente del material existente.
Así se fue forjando la dermografía nacional hasta el día en que un grupo de experimentados profesionales mexicanos deciden de manera valiente y determinante generar una técnica propia que conjuntara los conocimientos universales dándole una nueva identidad. No descansaron hasta lograr que su programa educativo obtuviera el único registro oficial otorgado en México.
En poco tiempo los profesionales de la micropigmentación reconocieron esa nueva propuesta diseñada para el consumo interno, que hoy ha alcanzado calidad de exportación.
Sin embargo aún padecemos de clases de micropigmentación impartidas al vapor con desastrosos resultados.
Dermografía. Un término tan amplio y tan ambiguo que ha tenido la capacidad de acoger en su seno a personas de gran valía por su conocimiento y aportación a la calidad de vida de mucha gente. También, ha recibido a arribistas que la tomaron como un peldaño para hacer dinero de manera fácil pisoteando la integridad corporal de quienes fueron víctimas de su improvisación e indolencia.
Capacitar en cualquier ámbito es una responsabilidad que cobra especial importancia cuando su orientación involucra la fisonomía de los seres humanos.
La formación profesional de técnicos micropigmentadores estéticos debiera iniciar por una cuidadosa selección de aspirantes que además del simple deseo de aprender, comprendan la responsabilidad de tener entre sus manos el poder transformar para bien o para mal la autoestima y el autoconcepto de sus pacientes.
Hoy, la micropigmentación se ha acoplado a diferentes ramas del conocimiento y de haber sido una actividad netamente empírica, se torna en todo un programa fundamentado en el conocimiento científico.
Hoy día nadie debe atreverse a enseñar a micropigmentar con la simple tradición oral y la praxis. Se requiere de un sistema educativo y un dominio de las técnicas de enseñanza-aprendizaje que de manera inductiva conduzcan al estudiante paso a paso hacia la comprensión abstracta y al desarrollo de la destreza motora en el manejo del dermógrafo. Finalmente, todo técnico en micropigmentación debe desarrollar habilidades artísticas siempre enfocadas a mejorar la estética facial de cada uno de sus modelos.
En el Siglo XXI, la dermografía no debe tolerar que manos inexpertas cometan más errores derivados de cursillos dictados por gente que no cuenta con capacidad técnica ni para transmitir conocimientos. Clases que se solazan en la improvisación y consumo obligado de productos superfluos. Nuestro compromiso como capacitadores profesionales en dermografía es la exigencia social en dos direcciones: La normatividad enfatizada en el conocimiento, y la enseñanza que parta de la selección estricta del personal que desee involucrarse seria y responsablemente en esta actividad.
¡Hagamos equipo!